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Santero y los muchachos. En clave de bar.

SANTERO

El quinteto valenciano Santero y Los Muchachos nace para dar paso a las composiciones de Miguel Ángel Escrivá, voz, alma y corazón del proyecto, que no tenían cabida en La Pulquería, su anterior banda y que bajo la etiqueta de rock reposado han conformado un repertorio lleno de canciones que arañan acariciando. Sus letras están escritas con muchos kilómetros entre las botas. Acaban de sacar su último álbum ‘Royal Cantina’ (2022) y están girando por nuestras tierras.

La pasada primavera salió vuestro último trabajo, ‘Royal Cantina’ (2022), ¿qué lo diferencia de los demás álbumes de estudio? Se trata de un disco doble. Una parte ‘Cantina’ es más austera, acústica con momentos más desenfadados, cantineros… Podríamos decir en clave de bar. La otra parte, ‘Royal’, es más sofisticada y eléctrica. Esa es la gran diferencia. En cuanto a las temáticas, siguen siendo las propias de la vida y vidas que nos rodean.

Habéis decidido plasmarlo todo en una parte eléctrica y en otra acústica en un mismo trabajo, contadnos más de esto. Decidimos hacer un disco como los anteriores, pero con extra de bonus tracks de bocetos en directo en el local, casi demos… Eso tomó más forma hasta convertirse en ‘Cantina’ y por tanto doble. A veces, las canciones desde su origen hasta el resultado final se zarandean tanto que pierden su frescura. La intención no fue otra que la de grabarlas con acústicas y no pensar en el sonido, ni un carácter más procesado.

‘Cantina’ hace referencia a los bares en los que estáis siempre metidos, ¿verdad? Los bares son los grandes culpables de muchas historias buenas y malas (risas). Muchas relaciones empiezan y acaban en ellos. Forman parte importante de la gente, de nuestra cultura, de casi todas y para los músicos son el verdadero santuario porque escuchamos a casi todas las bandas que nos inspiraron en estos lugares… Te desconectan de la rutina conectándote con un matrix de personajes algo diferentes, relajados, divertidos… Los bares son necesarios.

«Los bares son los grandes culpables de muchas historias buenas y malas (risas). Muchas relaciones empiezan y acaban en ellos. Forman parte importante de la gente, de nuestra cultura, de casi todas y para los músicos son el verdadero santuario porque escuchamos a casi todas las bandas que nos inspiraron en estos lugares. Los bares son necesarios».

¿Cuál es el proceso de composición, selección y grabación que habéis llevado a cabo para este disco? No nos basamos en un estilo, tan solo en lo que nos parece bueno, sincero… Es la premisa desde que empezamos con el primer disco. Lo hicimos en nuestro local de trabajo. Sólo algunas baterías y vientos se grabaron en un estudio profesional.

¿Cómo os lleváis los hermanos? ¿Hay mucho roce o estáis unidos? Estamos muy unidos, quizá hemos aprendido a sobrellevar mejor el roce. Siempre hay diferencias trabajando seas hermano o no… y las capeamos porque por encima de todo somos familia y buenos amigos.

¿Estás acostumbrado a escribir canciones para tu hija pequeña y tu familia? Cuando crezca podrá decir que forma parte de tus discos. Ahí están. Las hago con todo el cariño del mundo. Les gusten o no, lo que quiero que recuerden es eso; que lo hice a pecho descubierto, con amor verdadero.

Por cierto, ¿por qué se llama así la banda? La Santería es la devoción a diferentes dioses. Los nuestros son los grandes consagrados de la música de todos los tiempos. Eso marca nuestro camino y creencia. No hay otra religión para nosotros. Tratamos de verter ese aprendizaje en nuestro sonido. Santero somos Soni Artal, Joseman Escrivá y yo. Los Muchachos son el refuerzo, Javier Escrivá piano, coros y percusión, y Pau García Serra a la batería.

¿Qué otros grupos tomáis como referencia que os inspiren para vuestro grupo? Casi todo lo que nos estimula y marca un camino viene de las tres décadas más importantes para nosotros, que son los años 50, 60 y 70.

No podríais morir sin ver a _____ en directo. Hoy en día, todo está bien plasmado en los vídeos. Me gustaría más estrecharle la mano a Paul McCartney y ver vivo y en vivo a Mr. Lennon.

¿Tenéis previsto salir de España pronto con vuestro tour? Sí. Quizá para el otoño próximo podamos visitar México. Estamos tramando sobre ello ya.

¿Cómo fue colaborar con Leiva o Tarque? ¡Ídolos vuestros! Admiramos sus carreras. Son dos consagrados que han mostrado su destreza por encima de muchas situaciones. Cuando trabajas con ellos, entiendes por qué están ahí. Son infalibles. Ejecutan sin flaquear lo más mínimo. Te guste su estilo o no, su nivel musical es cinturón negro.

Cuando empezasteis con Santero y Los Muchachos, ¿os imaginabais que daríais tanto bombo? ¡Estáis recorriendo mucho, chicos! No imaginábamos nada. Personalmente, después de La Pulque aspiraba a tocar más de seguido en bares más pequeños. Con la dualidad acústica y eléctrica, hemos conseguido tocar en todo tipo de aforos y lugares. Estamos contentos y con el cuchillo en la boca. No hay nada seguro, salvo la ilusión que aún tenemos.

¿Cómo es vuestro día a día en Valencia? ¿Cuál es el modo de vida perfecto como músicos? Elegimos esta profesión para que no se repitan los días. Esta misma entrevista te cambia los planes de un domingo tarde, como lo es este en el que iba a ir al cine (risas). La inspiración lo cambia y te hace llegar tarde, la noche anterior que se alarga rompe la agenda del día siguiente, del gimnasio, ir al banco, la compra… Unas semanas hay ensayos, otras nada, pero debes tener el chip para generar contenido en las redes, vídeos, componer y crear. En definitiva, el estímulo es nuestro día a día. El resto lo entorpece, pero alimenta también porque no puedes estar todo el día sentado con tu guitarra. Salir a la calle, escuchar, hablar, ver pelis y tocar con más gente será la tinta de las canciones y debes sentarte a matizar eso. Cuando vas directo con una idea no hay nada más, comer y dormir serán un mero trámite.

¿Qué supone para vosotros llenar salas en Bilbao donde el público siempre os acoge con los brazos muy abiertos? Satisfacción. Sois grandes consumidores de música y nos llena muchísimo que la gente elija venir a vernos.

Si tuvierais que elegir algo del País Vasco y no fuera la escena musical… ¿con qué os quedaríais? Tenéis mucha gastronomía y puntos geográficos realmente destacables, pero siempre, y desde los tiempos de La Pulque, me encantó el ímpetu de los trabajadores. Todos los vascos con los que he trabajado han puesto pasión, fuerza, sonrisas y armonía cada minuto de las jornadas. ¡Me enloquece ese espíritu! Texto de Ángela Saiz.

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