Doctor Deseo. La fiesta de los “maquetos”.
Doctor Deseo da por finalizada su gira estatal en Bilbao el próximo mes de enero, antes de marcharse a México para presentar los temas de su último trabajo ‘Maketoen iraultza’, editado justo antes de la pandemia.
‘Maketoen Iraultza, el reencuentro’ es el nombre con el que habéis denominado esta gira. ¿Cuáles son las diferencias principales entre estos conciertos y los que teníais preparados antes de la pandemia? Una vez que terminamos el disco ‘Maketoen iraultza’ la idea era hacer una gira muy especial y espectacular por las capitales vascas, con carpas para 2500 personas, y con una primera parte íntegramente en euskera con una serie de colaboradores, y una segunda parte en castellano con una especie de grandes éxitos de la banda. Pero la pandemia se cargó todo esto y nos dejó en el jodido paro. Una vez que pasa todo, el planteamiento fue retomar la carretera, y como todavía había mucha incertidumbre, no podíamos meternos en un sarao de este pelo porque habría sido un suicidio.
Además, nos apetecía hacer un reencuentro especial después de tres años sin contacto con nuestro público. Así que hicimos una gira que llamamos ‘Maketoen Iraultza, el reencuentro’, en la cual nos apetecía hacer algo festivo y potente que fuera como una celebración, y para esto hemos cogido la parte más intensa del disco junto a la parte más intensa de Doctor Deseo.
Después de tantos años como músicos, ¿esperabais que pudiera pasar algo similar a esto? La verdad es que no, nos pilló a todos despistados y no nos lo esperábamos para nada, pero bueno, como dice un amigo, hay que tener en cuenta que somos la primera generación que no hemos vivido una gran guerra… y esperemos que no sea la última.
¿Y qué tal fue la vuelta al directo? La verdad es que ha sido increíble; quizá una de las cosas positivas que ha traído la pandemia ha sido el cúmulo de ganas por parte de músicos y público, y cada concierto está siendo como una celebración.
El lado negativo ha sido tener que decir adiós a Toro, aunque pronto encontrasteis un sustituto de garantía como Josu Aginaga, con una larga carrera en bandas como Smile, entre otras… La verdad es que la despedida de Toro fue muy triste. Son cosas que pasan y, como en cualquier pareja, lo importante era que la separación fuera de buen rollo. Fue algo que me dejó muy tocado y, como además coincidió con la pandemia, estuve tres meses que prácticamente no quería saber nada de la música. Pero teníamos que recuperarnos y nosotros nunca hemos funcionado con castings ni nada parecido, sino que funcionamos por enamoramiento, y así surgió la historia de Josu. Acertamos de pleno, porque se ha adaptado perfectamente y nos ha aportado un montón de sonoridades e historias muy guapas; es un tipo muy inquieto que conoce perfectamente la tradición del rock and roll de los orígenes, de la cultura pop, pero también está a la última en el indie y en sonidos de guitarra más actuales. Supongo que en esto también ha sido importante el factor suerte…
Una parte importante del repertorio de estos conciertos, como decías antes, se basa en vuestro último disco publicado hasta el momento, ‘Maketoen Iraultza’, un trabajo en el que se muestra el respeto a una tierra desde el orgullo de venir de fuera… Como maquetos que somos, queríamos retomar un concepto que fue un insulto y ser conscientes del papel que hemos ocupado en esta sociedad. Por otro lado, el disco también es un agradecimiento a nuestros padres, por las condiciones duras que tuvieron que sufrir cuando vinieron a trabajar, saliendo de sus pueblos.
También hay mucho de reivindicación de los nuevos maquetos que llegan ahora, porque a veces, se nos olvida que llegan en condiciones similares. Queremos dejar claro que los maquetos somos el problema y la solución en los 70, cuando yo vivía en Uribarri, era un barrio conflictivo igual que muchos otros barrios de la periferia bilbaína, pero con el tiempo, fue cambiando todo, gracias, entre otras cosas, a la integración y la aportación de toda esa gente que llegó de fuera. Eso mismo está pasando ahora… está claro que cualquier cambio siempre es conflictivo, pero a la vez, ese cambio también es la solución y sólo se puede hacer de dos maneras: o bien o mal, así que más nos vale que lo hagamos bien.
Después del concierto en Bilbao, os marcháis a Mexico para acabar la gira. ¿Y después? ¿Ya tenéis cosas para empezar a preparar material nuevo? Cuando estás en el ámbito de la creación, la cabeza siempre está dando vueltas, a veces en vacío, por cierto (risas), pero de vez en cuando, salen cosas. Sí que hay elementos y esquemas sobre los que empezar a trabajar al margen del público y los escenarios.Texto de Sergio Iglesias. Fotografía de Gio.