¡García! ¿Qué es ser patriota?
Un superagente del régimen franquista despierta en nuestra días en esta serie de HBO Max basada en el cómic homónimo de Santiago García y Luis Bustos, del que hereda sus dosis de acción y una sátira sutil alejada de maniqueísmos. Hablamos con el director y compositor Eugenio Mira.
El cómic de ‘¡García!’ tiene cierto sentido del humor pero es una sátira sutil. También tiene un toque pulp. Ambas cosas se reflejan en la serie, ¿las tuvisteis muy en cuenta a la hora de abordarla desde el tono y la dirección de actores?
La verdad es que encontrar el tono unificador en una historia de seis horas que bebe de tantos géneros cinematográficos y literarios distintos ha sido, sin duda, el mayor reto de todo el proyecto. En la cultura popular española estamos acostumbrados a que cualquier acercamiento al género de superagentes secretos (Anacleto, Mortadelo y Filemón) o los superhéroes (Superlópez) siempre haya tenido un cariz paródico, desde la distancia y la irreverencia a sus referentes más directos. En nuestro caso no es un secreto que el cómic combina elementos de James Bond, Indiana Jones o el Capitán América, pero creo que al destilarlos con la premisa de “¿qué pasaría si Roberto Alcázar, después de pasar seis décadas congelado, se reencontrase con Pedrín en la España actual?”, el show resultante tiene una idiosincrasia única que trasciende a la mera mezcla de sus referentes.
En cuanto a la idea que quise transmitir tanto al equipo como a los actores, tenía muy claro que García y Ortiz son no sólo unos personajes del pasado, sino unos personajes de ficción, como ficcionado también es el recuerdo que de la dictadura tienen algunos nostálgicos del régimen. Mi idea es que esa versión hiper-simplificada del bien y del mal, en blanco y negro, sin matices, entrase en contraste con la complejidad de la España actual, de forma que ese mismo recuerdo idílico de la extrema derecha, encarnado en García, tomase progresivamente consciencia de sí misma y fuese, poco a poco, comprendiendo que si España ha cambiado, defenderla ahora supone un cambio de mentalidad.
Como dice García en un punto avanzado de la historia, “para bien o para mal, España ha cambiado”. El corazón de la serie radica en ese cuestionamiento de su misión, del desencanto con lo que le habían hecho creer que implicaba dar su vida por su país. Si García no estuviese sometido a ese proceso de transformación, de cuestionar el dogma del régimen, no me habría involucrado jamás en este proyecto
En lo referente a los protagonistas Antonia es un personaje muy físico, que se mueve mucho, y a veces casi se entienden sus acciones solo por sus gestos, mientras que García por el contrario es bastante hierático. ¿Estos eran aspectos que buscabas ya desde el casting o que fueron surgiendo, un poco en base a los personajes de partida?
Se dice que épocas difíciles crean individuos fuertes, que los individuos fuertes crean tiempos prósperos, que los tiempos prósperos acaban ablandando a la gente y que, irremediablemente, una generación que lo ha tenido todo acaba bajando la guardia, con lo que volvemos a caer y… vuelta a empezar.
Para mí, García y Antonia son dos extremos de un espectro en el que nos encontramos los civiles. ¿Qué es ser un patriota? ¿Cómo podemos hacer que la sociedad sea más justa? ¿Los cambios reales solo se producen con mano de hierro o existen alternativas que se basen el diálogo? El comportamiento físico, el aspecto, la dicción… todos los parámetros atribuibles a la interpretación fueron tenidos en cuenta para que ambos estereotipos partiesen de dos puntos diametralmente opuestos, de forma que las circunstancias de la trama les fuese acercando, despojándose de prejuicios y convicciones dogmáticas durante el camino.
A lo largo de los seis capítulos, ambos personajes crecen, se reencuentran consigo mismos y aceptan que quizá las creencias a las que se aferraban no tienen el peso que intuían. Ese proceso de crecimiento venía marcado en el guión, con lo que mi labor como director y la de los actores fue mantener esa continuidad emocional en el trayecto que marcaban los arcos de sus personajes.
Aunque también tiene componentes de Roberto Alcázar y Pedrín el personaje también tiene como referente al Capitán América. En este sentido, ¿crees que la serie puede tener potencial para que la historia llegue a más mercados, como el estadounidense?
Como comentaba antes, no nos hemos limitado a celebrar la mera representación de los referentes. Aspiramos a trascender el cocktail sin renunciar al sabor de sus ingredientes, ofreciendo una visión fresca sobre algo que creíamos conocer: las historias de superagentes secretos. Vivimos en una época en la que las películas de superhéroes invaden el mainstream, cuando hace menos de dos décadas sólo eran un tipo muy concreto de producciones de Hollywood.
Creo que nuestra baza es ofrecer algo distinto a lo que se está haciendo ahora mismo en este campo, centrándonos en las idiosincrasias de la historia reciente de nuestro país, satirizando nuestro presente y retratando el pasado como una ficción en blanco y negro a la que ni los que la protagonizaron en la vida real, si tienen dos dedos de frente, querrían volver.
Esos matices convierten a ‘¡García!’ en una serie que trasciende al mero entretenimiento de (súper) héroes y villanos. Espero que sirva como espejo en el que cualquier país del primer mundo se asuste al verse reflejado: ¿hacia dónde queremos ir de aquí en adelante? Esa reflexión es aplicable a Estados Unidos y a cualquier país del a Unión Europea.
«Si García no estuviese sometido a ese proceso de transformación, de cuestionar el dogma del régimen, no me habría involucrado jamás en este proyecto».
¿Qué otras referencias has manejado a la hora de dirigir la serie? Por ejemplo también hay bastante de James Bond, quizá de Indiana Jones… ¿Te has fijado en alguna película española?
He intentado manejar referentes que fuesen un poco a contrapelo. Por ejemplo, sí que he enfatizado lo que ‘¡García!’ tiene en común con James Bond, pero desde lo que de James Bond tiene Indiana Jones. Se trata de filtrar y destilar. Por ejemplo, más que fijarme en las películas de Spielberg, me fui a las fuentes: la serie ‘The Crimson Ghost’, ‘El Tesoro de Sierra Madre’ de Huston, ‘Twilight’ Zone de Rod Serling… y así.
Por poner un ejemplo concreto: recuerdo que a la hora de representar la entrada de García en la agencia secreta para la que trabaja, la Sección IX, me planteé cómo sería la secuencia de créditos del ‘Superagente 86’ sin la vis cómica y, sobretodo, con la sobriedad y el pudor católico que caracterizó a los años de la dictadura. Épica triste, recursos y austeridad, eficacia y deshumanización del funcionariado… se trataba de hacer este ejercicio constantemente con cada situación que pedía de la serie.
En cuanto a influencias del cine español, más allá del puente que existe entre Rod Serling y las ‘Historias para No Dormir’ de Chicho Ibáñez Serrador, la verdad es que tuve muy presente a Alex de la Iglesia, sobretodo para que el material en el que se basa la serie, que fácilmente podría rimar con el universo de Alex, no fuese exactamente por esos derroteros.
Era importante que ‘¡García!’ tuviese su propio estilo, así que tuve muy en mente el final de ‘Balada Triste de Trompeta’ en el Valle de los Caídos. No quería pasar por donde había pisado Alex, así que desde la admiración y con ánimo de seguir adelante con la representación de un lugar tan icónico, me centré en el único aspecto que De La Iglesia no usó en su filme: la estatua de La Piedad. Nuestro sexto episodio aborda ese aspecto del Valle en todo su esplendor.
Cuando surgió el cómic España estaba políticamente muy polarizada, ahora puede que incluso más. ¿Crees que la serie puede aportar algo a esta discusión política? En el primer capítulo vemos un momento bastante significativo cuando Antonia provoca una discusión entre dos grupos de personas.
El cómic se editó en 2015. Estamos en 2022 y sigue habiendo “dos Españas” enfrentadas. La temperatura nunca deja de subir y la verdad es que nos ha sorprendido hasta qué punto ciertos aspectos satíricos de ‘¡García!’ son, a día de hoy, indistinguibles de las narrativas que manejan ambos extremos del espectro político en la prensa y las redes sociales. Es como si la versión hiper-caricaturizada que algunos políticos quieren hacer de nuestra realidad social y política fuese más burda, infantil y estuviese articulada de forma más pobre que la versión satírica de España que retrataba el cómic. Da miedo y, sobretodo, es profundamente decepcionante.
«El cómic se editó en 2015. Estamos en 2022 y sigue habiendo dos Españas enfrentadas. Nos ha sorprendido hasta qué punto ciertos aspectos satíricos de ‘¡García!’ son, a día de hoy, indistinguibles de las narrativas que manejan ambos extremos del espectro político».
Aunque no ocurren demasiadas cosas sobrenaturales es una serie de acción con elementos de época. ¿Han sido necesarios muchos efectos especiales «invisibles» como ocurría por ejemplo en ‘El ministerio del tiempo’?
Ha habido muchísimos retos técnicos a los que enfrentarnos en esta serie. Destaco el espectacular trabajo que han hecho tanto El Ranchito como Lamppost en el campo de los efectos visuales digitales. La reconocida empresa EFE-X se encargó de todo lo que tenía que ocurrir delante de la cámara (explosiones, derrumbes, detonaciones, etc) y la verdad es que no podría estar más contento con el resultado. Finalmente, me gustaría destacar el trabajo de Federico Cueva como stunt coordinator. Hay muchas escenas de acción y estos tres departamentos tenían que ir de la mano para que la magia se hiciese realidad.
¿Cómo habéis trabajado los elementos de época, como por ejemplo la selección musical en cuanto a las canciones, que me parece especialmente lograda?
Ahí he de felicitar al buen gusto de Carlos de Pando y Sara Antuña, creadores y guionistas de la serie. La gran mayoría de los temas que suenan en ¡GARCÍA! venían marcados en el guión y la verdad es que encajan como un guante con el ambiente, el tono dramático y la estética de cada escena. Destaco los temas ‘Bela Lugosi is Dead’ de Bauhaus, ‘Un vaso de agua al enemigo’ de Radio Futura y por supuesto ‘Alma, Corazón y Vida’ de Los Panchos.
En cuanto a la banda sonora original, se trataba de invocar dos épocas muy diferenciadas entre sí como punto de partida, pero que conforme fuese avanzando la historia de Antonia y García, los estilos musicales fuesen fusionándose progresivamente, de forma que el pasado fuese invadiendo el presente y viceversa.
Como compositor, he intentado cubrir varios tonos dramáticos y texturas que van desde Stravinsky a Depeche Mode, pasando por melodías y arreglos de big band y latin jazz a lo Henry Mancini en ‘Sed de Mal’, los armazones de armonía y ritmo del Jerry Goldsmith de los años 70 o la combinación de cajas de ritmo de principios de los años 80 en combinación con bajo eléctrico y sintetizadores.
Lo que sí me gustaría destacar es el espectacular trabajo de diseño de sonido que ha hecho Alejandro López y el monumental trabajo de Mario González como mezclador de la serie. Recrear el sonido de dos épocas distintas, montando desde cero entornos tan ricos en detalle como le cripta subterránea, la cápsula en la que está metido García, la inmensidad de los exteriores del Valle de los Caídos… ha sido todo un reto y creo sinceramente que es el departamento que más ha favorecido la cohesión del conjunto.
La convivencia de los diálogos, los efectos de sonido y la banda sonora en un proyecto tan complejo supone un esfuerzo sobrehumano en el que no basta con que se discierna todo. Hay que tomar decisiones creativas cada diez segundos… y estamos hablando de seis horas de ficción. Alejandro y Mario han hecho posible lo imposible y estaré eternamente agradecido por el tiempo y el esfuerzo que han dedicado a que cada elemento esté donde merece estar sin aplastar al resto.
El cómic cuenta con tres volúmenes. ¿Cómo os habéis planteado la adaptación en cuanto a expandir o alterar ciertos aspectos del material de partida?
El arco argumental de estos seis capítulos está basado en los eventos relatados en los dos primeros volúmenes del comic. Personalmente, creo que ‘¡García!’ tiene muchas aventuras potenciales por delante, pero por otro lado también tenemos mucho que contar sobre sus lagunas del pasado. Del mismo modo que Indiana Jones se inspiró en la estructura de las películas de James Bond, nuestra serie permite que cada temporada sea una aventura distinta, con nuevos personajes y tramas que ayudan a dibujar el legado del personaje.
Si alguien me pregunta por el futuro de la serie, he de decir que tengo mucha curiosidad por ver cómo evoluciona la relación de amistad y compañerismo que tienen Antonia y García. Imaginarles enfrentándose a nuevas amenazas para la sociedad hace que mi cabeza empiece a dar muchas vueltas. Texto de Roberto González.