Forever Young. Eternos canallas.
El musical acerca de los seis rockeros centenarios que conviven en una residencia regresa de nuevo bajo la dirección de Tricicle, con algunas variaciones en las canciones y un reparto totalmente nuevo. Hablamos con Carles Sans.
¿Qué tiene de especial esta función para que siga funcionando después de tantos años? La obra tiene un punto muy sorprendente. Nosotros la conocimos en un viaje que tuvimos que hacer a Noruega, en Oslo. Nos sobraba un poco de tiempo y se nos ocurrió mirar la cartelera teatral. Que ya tenía que ser casualidad que hubiera algo en ese momento en Noruega que nos pudiera atraer. La escogimos principalmente porque era un musical. Y nos encontramos con un tesoro. Una pieza deliciosa en la que prácticamente se entendía todo aunque hablaran en noruego. No dudamos un solo momento en buscar el libreto y pensar en comprar los derechos para España. La obra tiene un componente muy tierno. Habla de cómo se puede afrontar la vejez desde un espíritu joven, porque el que es joven lo es siempre. Los protagonistas son antiguos actores, rockeros, gente que ya está muy mayor en una residencia pero que siguen viviendo de sus recuerdos, con esa energía y gamberrez, por decirlo alguna manera, que tenían cuando eran jóvenes. Ese contraste entre alguien mayor pero a la vez canalla y subversivo funciona muy bien. Además se cantan canciones muy conocidas y muy buenas por parte de actores y cantantes excelentes.
Ya en 2011 publicamos en AUX una entrevista a una de las actrices que participaron en la antigua gira. ¿Ha tenido relación que Tricicle se haya retirado de los escenarios con esta recuperación? Sí, cuando la estrenamos en su día funcionó muy bien y como seguíamos teniendo los derechos nos parecía interesante recuperarla. Además Tricicle ha dejado los escenarios pero queremos seguir haciendo cosas a nivel de producción.
La nota de prensa dice que ‘Forever Young’ es el musical que Tricicle hubiese hecho si en la ruleta de la fortuna les hubiese tocado saber cantar. Seguramente, porque la obra tiene mucho de Tricicle en la dirección, en los actores, la composición de los personajes, la expresión corporal o los gags.
«El público triciclero, por decirlo de alguna manera, reconocerá mucho el trabajo que hay detrás por parte de Tricicle».
¿Qué cambios hay con respecto a la versión de 2011? Ha cambiado alguna que otra canción y el reparto es completamente distinto. Era muy difícil reunir al mismo elenco, porque en este mundo cada cual está a mil batallas. Afortunadamente cada día en España tenemos gente mejor preparada. Antes nos maravillaban los cantantes del West End o de Broadway pero ahora tenemos aquí cantantes y musicales excepcionales. Por lo demás hay algunos retoques pero la base es la misma.
¿Se han incorporado más canciones? La mayoría ya venían dadas. Hemos añadido algunas pero la mayor parte son standards fantásticos. El público sale encantado y tarareando las canciones porque son muy reconocibles. Hay un momento en el que se hace un potpourri muy bonito, en el que de doce o quince canciones se hace unaa sola canción cogiendo las partes más reconocibles de varios temas. Cuando hacemos la obra en Barcelona nos damos la licencia de introducir alguna canción de Serrat y cosas así, pero en general mantenemos los standards.
«Los protagonistas son mayores pero no son idiotas. No necesitan que se les infantilice».
Me llama la atención la inclusión de ‘Barbie Girl’ de Aqua. Hay un momento muy divertido pero en cierto modo también triste en el que a uno de los personajes le pegan una patada en su pierna ortopédica y mientras su mujer se la recompone la tapan con una manta y allí empieza ella a cantar ‘Barbie Girl’.
¿Cuál es el espíritu del show? El público triciclero, por decirlo de alguna manera, reconocerá mucho el trabajo que hay detrás por parte de Tricicle. Con los actores hemos trabajado mucho la expresión corporal porque son actores muy jóvenes que interpretan a personas muy mayores. A excepción de uno de los personajes, la enfermera, que es la que les manda, ordena e impone disciplina a un grupo de personajes que son completamente anárquicos. Es una persona que adopta esa actitud que alguna gente tiene con la gente mayor. Los protagonistas son mayores pero no son idiotas. No necesitan que se les infantilice. Este subtexto está presente durante toda la función.
Aquellos que sean amantes de Tricicle y les guste la buena música y quieran ver un buen musical de formato pequeño, portátil, no un grandísimo musical, pero que se puede llegar a distrutar sin recurrir a las megaproducciones que también están muy bien. Es un tesorito, una obra que no te deja indiferente y que te deja con una sonrisa. Al final hay un mensaje muy bonito que nos dice que aprovechemos y que hay que disfrutar del día a día, no importa la edad que se tenga. Texto de Roberto González. Fotografía de p©haidecosta.
Aquellos que sean amantes de Tricicle y les guste la buena música y quieran ver un buen musical de formato pequeño, portátil, no un grandísimo musical, pero que se puede llegar a distrutar sin recurrir a las megaproducciones que también están muy bien. Es un tesorito, una obra que no te deja indiferente y que te deja con una sonrisa. Al final hay un mensaje muy bonito que nos dice que aprovechemos y que hay que disfrutar del día a día, no importa la edad que se tenga.