Aritz Trueba. Intimidades.
Aritz Trueba regresa al cómic con su obra más personal: ‘Natasha’. Junto al director de cine Koldo Almandoz realiza una obra que nos muestra cómo las redes sociales se introducen en nuestras vidas y llegan a modificarlas.
¿Qué es ‘Natasha’? ‘Natasha’ es la historia de una adolescente de 18 años. Queda con unos amigos en un local. La cosa se va animando: consumen drogas, mantienen relaciones sexuales y todo queda grabado en un video. La grabación es consentida pero no estaba consentido compartirlo. El video tiene repercusiones en la vida de la chica y no tanto en el resto de compañeros que salen en él.
El libro habla de las decisiones que después toma Natasha y cómo intenta darle la vuelta a esa situación.
Es un cómic que habla de las relaciones de hoy en día y de la comunicación, tanto con tus padres o con tus amigos, como de la comunicación digital. Cómo nos relacionamos con las personas a través de los móviles.
¿Cómo nace la obra? Koldo y yo somos amigos. Hemos sido vecinos durante mucho tiempo. Hace tiempo que queríamos hacer algún proyecto juntos. ‘Natasha’ pretendía ser una película. Koldo me pidió unos dibujos para presentar el dossier. Se los hice y al año, en 2019, me dijo que no parecía que fuese a salir. Le planteé entonces, ya que el guión estaba hecho, trasladarlo al cómic. Yo ya había terminado mi anterior proyecto y estaba libre y se la lancé sin pensar. En 2020 me volvió a llamar para ver si seguía con ganas de hacer el cómic y nos pusimos con ello. Salíamos de la pandemia, un año duro y oscuro. Ahora mismo no creo que lo hiciese, cada obra está unida a un momento personal y por mi situación emocional me sentía capacitado para hablar de la necesidad de salir de un agujero.
Pueblo pequeño, infierno grande. En los pueblos, las ciudades pequeñas, los barrios… se pueden dar situaciones como la que vive la protagonista. Puede haber más cuchicheos y te pueden hacer más daño. Todo el mundo se conoce y no hay secretos. Con las redes sociales el círculo se amplía y puede llegar a pasar en cualquier lugar y a cualquier persona.
El dibujo varía en función de las emociones, especialmente cuando la música está presente. La idea es que el dibujo fuese expresivo y orgánico. Como es un cómic emocional, la línea tenía que transmitir los sentimientos que los personajes reflejasen.
Los momentos en los que hay un orgasmo musical o de liberación tenía que explotar la línea y la tinta.
Las relaciones son muy importantes, especialmente las que mantiene con sus compañeras de piso. Todos tenemos una cuadrilla del colegio que de algún modo se te ha impuesto. En un futuro conocerás nuevas amistades. Natasha rompe con esa cuadrilla que le ha fallado y se encuentra con gente nueva que no la juzga y la apoya. No tiene ninguna etiqueta y mantienen conversaciones normales de adolescentes que empiezan desde cero. Se relacionan de un modo natural y quieren mirar hacia adelante y apoyarla en su problema.
«En un podcast escuché que es un cómic para leer en comunidad. Te da la opción de debatir sobre los temas que se trata. Habla de madres e hijas, las relaciones tóxicas que se generan y cómo salir de ellas».
El dibujo mira a autores actuales como Bastian Vives con un blanco y negro muy elegante y efectivo. Todos los viernes Koldo y yo nos juntábamos en la cocina de su casa a repasar el trabajo de la semana y cómo plantear la siguiente. Cuando preparas una obra buscas conexiones con otros cómics que has leído. A mi me venía a la cabeza el cómic ‘Polina’ de Bastian Vives, me parecía que ese tipo de dibujo me permitía indagar en la linea expresiva. En narración, nos fijábamos más en ‘Blast’ de Lacernet, en el modo en el que explotan los personajes. También mirábamos la obra de Frederick Peeters en cuanto al modo de narrar y las conversaciones o ‘El local’ de Gipi. Me gustaron mucho algunos recursos de ‘La Edad de Oro’ de Pedrosa que dan originalidad a la narración. La obra ha sido una especie de laboratorio.
Este es tu segundo trabajo. En el primero ‘Buyan’, que se publica ahora en castellano, la prioridad era el dibujo y el color. En ‘Natasha’ parece ser la narración. Cuando me planteé ‘Buyan’ venía de una crisis en el dibujo. Estaba haciendo unos dibujos demasiado planos trabajando con vectores, algo que ya me estaba cansando. Conocí el trabajo de Juliá Sardà y me supuso un cambio de chip que me hizo profundizar en el uso del color y los pinceles. Yo vengo del mundo de Bellas Artes y echaba de menos usar los recursos digitales para afrontar la pintura. Mi objetivo en ‘Buyan’ fue mejorar el color y el dibujo pero no le presté tanta atención a la narración. En este libro, ‘Natasha’, quise explorar este aspecto.
El proceso de ‘Buyan’ fue complejo y ‘Natasha’ te hace volver a enamorarte del medio. Estuve seis años haciendo ‘Buyan’. Yo disfruté mucho mientras lo hacía, lo que no me gustó fue el trato que se le dio por parte de la editorial americana a la obra. Ese tipo de trato me enfurece y me hace plantearme cómo invierto el tiempo para los demás. Si es para mí y aprendo, perfecto, pero si no lo van a tratar bien me toca la moral.
Al hacerte mayor te vuelves más selectivo con el tiempo que le dedicas a un trabajo. No tenía intención de volver a pasar seis años dibujando con ‘Natasha’ y Koldo y yo tuvimos que aprender a hacerlo de otro modo. Ha sido un año de producción y el trato recibido tanto por Nuevo Nueve como de Farmazia Beltza ha sido de absoluto respeto. Estoy contento y me he quitado esa espina.
El cómic nace para ser editado en euskera por Farmazia Beltza primero y más tarde en castellano por Nuevo Nueve. El libro se suma a obras como ‘Joana Maiz’ que hablan de temas cercanos de un modo muy actual. ¿Cómo ves la situación del cómic vasco? Hay mucha oferta y un resurgir del cómic. No sé si tiene que ver con las becas del Gobierno Vasco pero cada año salen nuevas obras. Yo iba a hacer los dos libros con ayuda o sin ella. Los dos libros han tenido la subvención.
Vamos madurando como autores y vamos hablando de temas que nos tocan. No nos movemos por modas. Creo que tanto Joseba Larratxe como yo trabajamos buscando los temas que nos interesen más allá de que estén de actualidad o no. Es tanto el trabajo que realiza un autor en un cómic que tienes que tener muchas ganas de hacerlo.
‘Natasha’ coincide con el estreno de ‘Intimidad’, con un tema similar aunque con un tratamiento muy distinto. El mundo del cómic no está tan arraigado en la vida cotidiana de la gente como la televisión. Es más fácil llegar a una serie pero creo que ese público puede disfrutar, de otro modo, del cómic.
Me gustaría resaltar que no es una traslación literal del guion que Koldo iba a hacer para la película, sino que hemos hecho un trabajo nuevo en el que hemos utilizado todos los recursos a nuestra disposición del medio.
¿Qué respuesta está teniendo? Muy buena. Tenía miedo de que la gente sintiese un rechazo hacia el tema pero todo lo contrario. La respuesta está siendo muy positiva; redes sociales, medios de comunicación… todo muy bien.
En un podcast escuché que es un cómic para leer en comunidad. Te da la opción de debatir sobre los temas que se trata. Habla de madres e hijas, las relaciones tóxicas que se generan y cómo salir de ellas…
Es muy enriquecedor recibir la respuesta de los lectores y sus interpretaciones.
¿Proyectos? Hay muchas ideas pero tengo que reposarlas. Hablo con Koldo y si surge una idea que nos parezca atractiva la iremos desarrollando. Con el tiempo algunas ideas se irán diluyendo y otras cogerán fuerza. Texto de Kike Infame.