Fábrica de avena Harivenasa. Radicalidad y limpieza.
A primera vista la impresión no deja de ser impactante. La fábrica, de transformación de cereal, por sus enormes dimensiones supone un reto de igual tamaño en cuanto a la implantación en el paisaje de valle de Arakil de incuestionable valor natural rodeado de imponentes montañas con las que compartir las perspectivas visuales.
La construcción está constituida por una serie de volúmenes regulares y simples de diferentes alturas y formas unidos entre sí.
El reto arquitectónico se afrontó desde la idea de buscar que el impacto fuera lo más neutro posible, lejos de cualquier efecto de una clara percepción de la arquitectura industrial. La mayor aportación en ese sentido es tanto su composición formal como incluso el material con sus acertados textura y color únicos.
Debido a esto se tomaron una serie de decisiones muy acertadas, con la idea de esconder su función bajo un aspecto más museístico-tecnológico.
Este efecto, de neutralidad, también se consigue con la ausencia de huecos, lo que da una mayor preponderancia a la singular textura (casi “acariciable”) y color gris oscuro metalizado del material de acabado en todas sus fachadas. Los huecos funcionalmente necesarios se mimetizan y minimizan en cuchillos laterales para no entorpecer la imagen rotunda del conjunto.
Esos planos inclinados de grandes pendientes, que configuran formas trapezoides, así como las sombras arrojadas de los volúmenes pueden sugerir el entorno montañoso circundante, o bien una especie de pirámide-tótem (de más de 50 metros de altura) esperando ser idolatrada.
Es un claro ejemplo del condicionamiento de la función sobre la forma lo que resulta casi una imposición en las arquitecturas marcadamente industriales. En este caso, los grandes silos de cereal se ven revestidos tras una tersa y suave piel, y en unas formas unitarias y potentes.
Existen múltiples ejemplos de edificaciones, de variados usos, fuera del entorno urbano pero pocas con este planteamiento tan radical que hace de la necesidad virtud. La obra responde a la máxima de que “Ya que no se puede esconder, lo mejor es dignificarlo”.
De los ejemplos más reconocidos de las construcciones en el medio rural pueden ser las bodegas firmadas por grandes arquitectos que no dejan de ser edificios-museo. O bien, los ligados al medio natural, centrales hidroeléctricas, etc, con buenos ejemplos de arquitectura de hormigón en los años 60 y 70.
Como planteamientos apartados del que nos ocupa pero interesante reseñar, para curiosos, sería el edificio Brigadas & Promedio Centro Industrial del Estudio Hago, el planteamiento es horizontal y de cajas solapadas semitransparentes. Así como la Central de Producción de Energía Eléctrica DHC del estudio Alday Jover Arquitectura y Paisaje, eso sí, éste en un paisaje más urbano.
¿Estaremos, como en ‘2001’ de Kubrick, ante una obra del llamado ‘Bebé Estelar’ o ‘Superhombre’?
FÁBRICA DE AVENA “HARIVENASA”. ARAKIL. NAVARRA
Arquitectos: IDOM.
Situación: Etxarren, Arakil. Navarra.
Lo mejor: La “simbiosis” con el entorno.
Un detalle: El estudio de huecos del cuerpo de oficinas.
Lo peor: La chimenea en esquina.