Literatura anti-todo, según AMAIA SANTANA
Libros // ¿Puede una novela pertenecer al género musical? La periodista de Santurtzi Amaia Santana, que también ha trabajado en la industria, propone algo parecido con su novela ‘Les Mamarraches’, un “librisco” (libro+CD) publicado por la editorial Allanamiento de Mirada, que cuenta con su propia banda sonora. La autora, que también firmó un poemario llamado ‘Haikus imposibles’, propone aquí una historia con un ácido sentido del humor en la que la casual coach y “loser influencer” (sic) Wendy Pelayo y sus acólitos (referidos como Pobres Diablos) plantean su propia rebelión contra la burocracia, los ideólogos, las colas del supermercado y otros males endémicos de nuestra sociedad.
La novela se describe como un falso musical y es un “librisco”. Sin embargo solo se relaciona con la música de manera tangencial y parte de ello fue idea de tu editor. Al haber sido periodista musical ¿no pensaste en escribir sobre algo más cercano a ese mundo? No está basada en el periodismo musical aunque la música es muy importante porque el libro lo escribí hace más de tres años, antes de la pandemia. Mi conexión con el periodismo musical no estaba tan desarrollada. Bebe más de mis primeras experiencias, profesionales y de las de amigos. Mis experiencias de los últimos años darían para otro libro, sin duda.
De todos modos, a pesar de no tratar directamente sobre un género o grupo musical, ¿consideras que tiene un espíritu punk? Y en ese sentido tenías alguna referencia? Sí, me gusta que pensar que, de tener un espíritu, sí que es un espíritu punky, alternativo, muy underground…por el propio espíritu de resistencia y de rebelión que tienen los personajes. Lo punky, el huir hacia adelante, hacerlo tú mismo porque nadie lo va a hacer por ti. Aparte del cliché “ecléctico” diría que es una estilo bastante punky, sí. Por lo políticamente incorrecto, los ramalazos de enfado que se palpan, el humor negro…
Suelo tener bastante presente el estilo de escritura de Chuck Palahniuk, sin florituras, pero no sabría decir si ha sido un referente directo. Las influencias más importantes han sido musicales. En realidad no es tan cierto lo del “falso musical”. Los interludios que pongo en forma de pequeños poemas al final sí que son bastante musicales. En cuanto a poesía siempre tengo presente a Panero o a Karmelo Iribarren.
De todos los asuntos que se critican en la novela hay dos que son especialmente recurrentes, el mundo de la burocracia y la oficina en general y todo lo relacionado con los coaches y discursos motivacionales. ¿Son los que más te motivaron (en negativo) a la hora de escribir la novela? Al mismo tiempo, ¿los ves como principales enemigos de la creatividad ? Sí, sin duda. Matan la creatividad. En el momento en que tienes que ajustarte a unas burocracias imposibles, a unos clichés, a unas productividades locas…por no ponerme estupenda y criticar al capitalismo…nos agota la energía y el rato que te queda libre te pones a hacer scroll en twitter, ¿de dónde sacas tiempo para nada más? Estamos acostumbrados a ser hiperpoductivos y en el momento en el que no estás haciendo nada piensas “por lo menos voy a poner la lavadora». No puedes no hacer nada. Hay que dejar un poco de espacio dentro de ese horror vacui para que surja algo y poder ser creativos. Eso es un poco lo que reivindico para esta sociedad moderna. No hay espacio para la quietud. Lo menciono un poco de cachondeo como la vida contemplativa pero detrás hay una reflexión seria que va en este sentido. Creo que los coachs son el blanco perfecto. No digo que no pueda haber coachs buenos, yo soy la primera que necesita a un filósofo de cabecera a mi lado siempre ,y un abogado, pero hay mucho charlatán y perdemos demasiado tiempo con esa clase de personas y también con la burocracia.
La trama (coral) está comandada por un personaje, Wendy Pelayo al que se le intuye una fuerte personalidad pero a la vez comparte mucho protagonismo con el resto. Por eso se antoja que podría funcionar como testigo de otras historias, ¿crees que lo recuperaras o que se acabará aquí su trayecto? Últimamente estoy ya matando al personaje pero una parte de mí se resiste y el otro día me puse a escribir lo que podría ser una segunda parte pero no sé si quedará como un proyecto abierto, sine die. El personaje nació como un proyecto muy loco que pensaba que se iba a quedar para mí y al ver que ha salido la novela y que ha cobrado vida a veces me da pena pensar que ha terminado su misión en la vida.
Se incluye también sátira sobre temas delicados y que pueden resultar políticamente incorrectos. Aunque se hace desde el humor, ¿sabes de alguien que se haya sentido molestado? ¿Y te gusta que la novela moleste un poco? ¿Lo buscabas? Al principio no sabía siquiera si esto iba a ver la luz. Cuando estaba escribiendo no tenía ningún afán de molestar a uno u otro colectivo. Simplemente me quería divertir y a la vez exorcizar mis demonios y era mi manera de hacer autoterapia y pasármelo bien. Soy consciente de que es imposible no ofender a nadie. Tampoco es que haya tenido especial cuidado en ese sentido (risas) pero , aunque hubiera tenido cuidado, habría sido peor porque igualmente siempre va a haber alguien que se vaya a molestar. No tenía intención de molestar a nadie en concreto ni de provocar por provocar. Simplemente tenía un afán por cuestionarlo todo y eso quizá sea lo más punk de todo: decir ¿por qué tengo que aceptar todo esto de la sociedad?
Como decíamos el libro incluye un disco con una mezcla de temas muy eclécticos que van desde Iggy Pop hasta Bach pasando por Marisol. Puede recordar un poco a un casete en el que alguien fuera grabando sus temas favoritos (u hoy en día una lista algo loca de Spotify). ¿Son canciones que te han acompañado a lo largo de tu vida o algunas tenían más que ver con su encaje temático en la trama? Las escuché sobre todo en el proceso de escritura del libro. Me acompañaban desde hace tiempo y las he rescatado para la banda sonora del libro. La mayoría son exactamente la playlist o el casete que estaba escuchando mientras escribía. Es bastante ecléctico pero todas ellas tienen su porqué y su explicación. Para mí ha sido de las partes más divertidas el asociar los temas a cada una de las partes del libro y ver cómo cobraban sentido, y cómo una parte alimentaba a la otra o se retroalimentaban. Me parece muy importante que haya muchos estilos. No quería, por ejemplo, que por ser literatura tipo punk todos los temas fueran tipo punk. No soy partidaria del “yo escucho de todo” porque eso no es decir nada, pero desde luego que no me gusta cerrarme a un solo estilo musical. Y menos con una novela tan loca como esta que necesitaba de muchas sonoridades. Texto de Roberto González