Mäbu. Las estaciones del ánimo.
La banda de María Blanco y Txarlie Solano se encuentra de gira con ‘Un año después’, una reflexión sobre el paso del tiempo que realiza un repaso singular y emocional por las cuatro estaciones del año.
‘Un año después’, ha sido muy bien recibido. No sé si se ha debido a que habéis hecho un sobreesfuerzo por promocionarlo y por llevarlo a los escenarios o porque ha conectado especialmente con el público como reflejo de todo lo que hemos pasado desde 2020. Un poco de todo. Es un disco que nos pilla más adultos que nunca en el sentido musical. Cada vez tenemos más claro lo que queremos. Eso se nota también en el concepto del álbum. Las canciones están también más cerradas, tienen un sentido un poco más específico…Es como una consolidación con la que decimos “Seguimos aquí y hemos dado un paso más allá” . También la agencia con la que hemos hecho la promo nos ha llevado a muchas cadenas importantes porque ha gustado mucho a la gente del mundo de la cultura. Creo que es un disco que ha salido especialmente bien en todos los sentidos.
Empezando por el final, ¿cómo estáis viviendo la vuelta a los escenarios? Tras haber participado en experimentos como BBK Sala Etxean en la época del confinamiento poco a poco os habéis ido incorporando a eventos como el Fair Saturday en Bilbao o el festival Inverfest en Madrid. La sinceridad siempre por delante: hay cosas que van mejor y otras que van algo peor, pero durante la pandemia a la gente se le dio desde un primer momento un mensaje un poco contradictorio con respecto a los eventos. Nosotros siempre hemos apostado porque la cultura puede ser perfectamente segura, eximiendo por supuesto los formatos de festival en los que estaba claro que había que tener mucho más cuidado. Pero hay otros formatos que se podían haber hecho desde que se acabó el confinamiento. Se han dado muchos cambios repentinos, de pronto se pasaba de aforo del treinta por ciento al cien por cien…todo eso ha provocado que el sector se tambaleara un poco. Este momento en el que estamos ahora también es un poco raro porque hay más oferta de conciertos que de público, ya que todos los artistas queremos salir de gira por todo el tiempo que hemos estado parados. El sector de la cultura se está recolocando. Hay que esperar a que vaya cogiendo un ritmo más normal.
Hablé contigo en nuestro instagram durante el confinamiento. Recuérdanos, ¿cómo alteró vuestros planes para el disco toda esta situación? La idea de dividir el disco en estaciones ya estaba desde el comienzo. Lo que pasa es que nosotros en un principio íbamos a sacar el apartado ‘Primavera’ como un pequeño adelanto. A partir de eso a nosotros nos apetecía salir de gira e ir tocando las demás canciones que iban a componer el resto del disco antes de grabarlas. A nosotros nos gusta tocar las canciones antes en directo para saber que pueden funcionar en ese formato. Evidentemente eso no pudo ser porque después de realizar ‘Primavera’ entramos ya en el confinamiento. Lo que hicimos fue sacar ‘Otoño’ con una esperanza similar. Pero tras sacar ‘Otoño’ seis meses después la cosa no iba mucho mejor…Así que ya decidimos sacar el disco completo para el año siguiente. Un disco que iba a salir a finales de 2020 acabó saliendo a finales de 2021. Un año después.
Has comentado varias veces que las canciones no son las típicas de cada estación. Me gustaría que ahondases en esto. Yo abogo porque no se generalice. El verano por ejemplo se asocia con la alegría, el festivaleo…y nosotros hacemos casi lo contrario. Queremos plasmar que las sensaciones están siempre todo el año. Los sentimientos no tienen nada que ver con lo que se nos vende de lo que tienes que sentir en cada época del año. En navidad se supone que tienes que mostrar gratitud porque estás con la familia, pero hay gente que no se lleva bien con su familia y puede que sufra en esas fechas. En verano igual tampoco puedes ser feliz porque la vida es durísima y quizá te ha pasado de todo durante el año. De todos modos nosotros tampoco nos caracterizamos mucho por las canciones felices. Somos más bien un grupo de canciones tristes cantadas con alegría. Siempre con un grado de positivismo, por supuesto. Creo que en este disco se ve reflejado todo esto más que nunca porque yo también pasé por un proceso de depresión, ansiedad…estuve en terapia. Al final todo va y viene. Nada viene para quedarse. Ese es el ciclo vital y emocional. Nada tiene que ser como está establecido. Otoño suele tomarse como una estación melancólica y en nuestro disco es quizá la más positiva con temas como ‘Mi mala suerte’ y ‘Hay una luz’. En todas las estaciones paso por todos los estados de ánimo.
De hecho también hay un tema titulado ‘Terapia’, ¿te ha servido componer este disco un poco a modo de terapia? Siempre había huido un poco de esa idea de que componer me servía como liberación de emociones pero me he dado cuenta de que sí es así. Con este disco he sanado muchas cosas y quizá sea el disco en el que más he hablado de cosas muy íntimas, más que otros en los que me fijaba más en la estética. Ha sido bastante sanador. Me he desahogado por completo. Ha sido un poco bastante terapéutico (risas).
En muchos temas está presente el amor, romántico o no, pero tratado de manera diferente a la habitual, en relación a los seres queridos. Sí, hablamos de situaciones o personas que son importantes. Por ejemplo en ‘Utopía’ hablo de mí misma. De cómo debo tratarme con más amabilidad. ‘En navidad’ también es una manera de despedirme de una parte de mí. También podría hablar perfectamente de alguien que ya no está, por un motivo o por otro. Nuestras letras son bastante abiertas. Van dirigidas a tocar fibras. No sabes de qué manera porque a cada uno le tocan de manera diferente pero son muy universales.
«Crear diferentes ambientes nos ayuda a transmitir una atmósfera que está muy buscada».
Es curioso cómo combináis lo acústico con los toques electrónicos (dosificados) dependiendo de cada canción. No es música experimental, evidentemente, pero nos gusta experimentar un poco con los ambientes. Crear diferentes ambientes nos ayuda a transmitir una atmósfera que está muy buscada y que intentamos que sea apetecible. Mezclar elementos electrónicos que pueden resultar más fríos con la guitarra acústica de Txarlie da una combinación que nosotros sentimos que aporta frescura.
A la hora de recopilar el álbum tuvisteis que cambiar el orden de las canciones… Sí, hicimos un cambio porque la época en la que íbamos a sacar el disco se acercaba más al invierno. También porque no queríamos empezar el disco con lo primero que sacamos y también porque las estaciones van en orden (risas).
En los Eps de Primavera y Otoño se incluían colaboraciones y versiones que no se han incorporado en este disco. Sí, porque los adelantos en forma de EP se quedaban un poco cortos. Cuando sacamos el disco decidimos quitar las versiones del formato físico pero se pueden escuchar en Spotify perfectamente. Quizá más adelante recuperemos algo de eso. Tenemos claro que tenemos que ir fluyendo en cada momento con lo que nos apetezca hacer.
También tienes un proyecto paralelo llamado Mrs Robinson con Icíar Ybarra, de Gaudea. Esto lo estamos moviendo mucho por centros culturales. Nosotras decimos de este proyecto que es como la canción lenta del guateque. Cantamos canciones principalmente de Simon & Garfunkel pero también otras de esa época, de los sesenta y setenta. Surgió con la idea de currar con mi amiga Icíar porque nos gusta mucho hacer juegos con voces. No sabemos cómo va a acabar. Simon & Garfunkel fue la excusa porque sus canciones nos han perseguido siempre. No tenemos otra intención con ello que pasárnoslo bien.
Volviendo a Mäbu, Después de este disco conceptual, ¿ya tenéis ideas para vuestro próximo trabajo? Iremos sobre todo buscando la excusa para salir a tocar estos temas u otros nuevos. Nuestro sitio está sobre los escenarios. Siempre hemos apostado por el trabajo de las salas y por todo lo que las salas nos han dado. Salas como la Azkena necesitan de la ayuda de todos nosotros, los artistas, en general. Nos apetece muchísimo el concierto del 8 de abril porque es una sala con la que tenemos mucha relación, así como con otras como el Cotton Club, por ejemplo. Es una cita que nos apetece mucho para tocar y como vuelta oficial a los escenarios porque hace bastante tiempo que no pisamos Bilbao. Y tenemos ganas. Texto de Roberto González.