Ojete Calor. Cita para subnopoppers.

Tras alegrarnos el confinamiento con ‘Agapimú’ los Ojete Calor continuarán defendiendo sus hits, esta vez en directo, en la Sala Santana 27 a finales de febrero.
¿Qué podemos esperar de vuestra actuación en Santana 27 para el próximo 26 de febrero? Podéis esperar lo que queráis, las expectativas son libres y no seremos nosotros los que os quitemos el caramelo. Ahora bien, lo que os vamos a dar es más de lo mismo: voces fuera de tono, disonancias armónicas, música pregrabada y, en general, una falta total de pudor muy profesional. El sueño de cualquier subnopopper.
¿Ha cambiado en algo a Ojete Calor la actual situación pandémica? ¿Cómo os parece que ha influido en el mundo de la cultura? Hemos sido los últimos en enterarnos. Lo de la pandemia nos lo soltaron a bocajarro, y el mismo día supimos de la muerte de Kurt Cobain. Figúrate qué tarde más guapa pasamos.
Por cierto, ¿fue fácil la gestión del videoclip que nos amenizó el confinamiento, ‘Agapimú’? La verdad es que no. Coordinar un equipo de más de 300 técnicos tiene su complejidad. Lo más difícil fue la preparación del plató con croma en el que luego insertaríamos los fondos de colores. El modelado en 3D de nuestras figuras hasta conseguir esa textura tan realista fue muy costoso, y la fabricación del animatrónico de Ana Belén, completamente articulado, se llevó la mitad del presupuesto. Por último, los especialistas nos doblaron en las escenas de riesgo y hubo que sustituir digitalmente sus caras por las nuestras. Y el tratamiento fotográfico fue pionero, pero conseguimos recrear esa textura como de videollamada telefónica hasta el punto de que parece casi de verdad.
Uno de vuestros temas menciona a Bilbao en su título, ¿os habríais acordado de esta noble Villa de no ser por la anécdota con Raquel Bollo? Todo lo que cuenta la letra es real. No hay simbolismo ni poesía. Viajando a Bilbao para un concierto nos sentamos junto a Raquel Bollo y a la vuelta escribimos la canción.
Llegasteis a actuar en la Aste Nagusia bilbaína en la txosna de Pinpilinpauxa, ¿guardáis algún recuerdo de esta experiencia? Sí, pero todos borrosos, porque en aquel momento estábamos muy medicados. Entre la bruma nos vienen a la mente imágenes de Carlos Ojete envuelto en una ikurriña mientras cantaba ‘Eres tú’ de Mocedades, y de Aníbal Calor sorteando charcos de pota para intentar llegar al baño y chutarse una dosis de insulina antes de desplomarse sobre el escenario.
«Nuestros recuerdos de cuando actuamos en la Aste Nagusia son borrosos, porque en aquel momento estábamos muy medicados».
¿Alguna vez habéis ofendido a quien no queríais con alguna de vuestras letras? Nunca. Siempre ofendemos con claridad, al igual que cuando insultamos a gente por la calle. Lo hacemos manteniendo la mirada y acercándonos mucho al sujeto para que no quepa duda de que el insulto es para él. Pues con las letras igual. Aunque es verdad que a la Reina Isabel II le sentó regu ‘Viejoven’. La dimos un toque para decirla que ella no es viejoven, que ella es only vieja.
Relacionado con la pregunta anterior, parece que tendríais cierta admiración por las señoras (más o menos mayores) pero tampoco os cortáis en criticarlas en canciones como ‘Qué bien tan mal’, aunque sea Amaral la que llama “tonta» a la señora en cuestión… Esa actitud de quejarse, tan de señoras, ¿os parece mal o es entrañable? ¿Tenéis alguna seguidora en edad de jubilación? El estatus de “señora mayor” es nuestra máxima aspiración profesional. Esa actitud la llevamos grabada en nuestro ADN, tanto como el instinto de apareamiento o el impulso de proteger la propia vida. ¿Qué función biológica cumple? Los científicos lo están estudiando, pero parece ser que competir por ver quién tiene más problemas médicos en la edad adulta ayuda a mantener el codiciado puesto de “dama de las tragedias” o “desventure lady” dentro de la manada y que, junto con el macho alfa, tan importante es para el desarrollo de las relaciones intersociales del clan. Se han podido documentar enfrentamientos verdaderamente hostiles entre dos miembros de un mismo grupo, que comienzan con un sencillo “las varices me están matando” y que, en dos o tres envites alcanzan una violencia tal que bien puede desembocar en “pues tú no sabes lo que son estos vértigos” casi gritado. Y seguidoras jubiladas tenemos muchas, empezando por la presidenta de nuestro club de fans (un beso). Ten en cuenta que el culto a Ojete Calor requiere mucho tiempo libre.
«Tenemos muchas seguidoras jubiladas. Ten en cuenta que el culto a Ojete Calor requiere mucho tiempo libre».
Entre los cameos y colaboraciones que habéis tenido en vídeos y temas ¿hay alguien que resultara particularmente difícil de convencer? El proceso es inverso. Son ellos los que nos tienen que convencer a nosotros. Ana Belén estuvo años insistiendo hasta que al final le hicimos un hueco porque nos regaló unas tenis blancas de plataforma.
Alguno de vuestros videoclips (como ‘0,60’) hacen uso de la animación, pero no es lo más habitual. ¿Os habéis planteado hacer más vídeos así, usando ese medio? Más que una pregunta es una petición… Te lo agradecemos mucho, y las animaciones nos encantan, pero las peticiones deben seguir un escrupuloso proceso que ya tenemos estipulado y que es el siguiente: las escribes en una carta con tinta roja, rubricas la carta con un beso de labios mojados en agua de anís y por último se la remites a Los Reyes Magos. Ellos ya saben cómo hacérnoslas llegar.
¿Cuál es la frase de 0,60 que más se escucha en nuestros días? “Como ya he pasado el COVID no me tengo que vacunar porque tengo anticuerpos de por vida y esos nunca caducan”.
¿Qué grupos y artistas actuales encajan mejor en la etiqueta de subnopop? No es nuestra intención arrastrar a un outing forzoso a artistas que llevan en secreto su militancia con el subnopop, porque, como bien sabes, el voto es secreto. Así que nos limitaremos a nombrar a los que no se esconden y hacen proselitismo orgulloso, como José María Cano y sus “magdalenas de sexo convexo”, Bunbury cantando como si quisiera asustar a los niños o Neck y «lo mucho que me duele este dolor». Sin todos ellos allanando el camino no habríamos llegado hasta aquí.
¿Dónde os veis en el futuro? ¿Qué piensan Ojete Calor del mundo de las criptomonedas, los NFT y el metaverso? Son justo las tres cosas que más nos interesan a día de hoy y serán los pilares temáticos que sostendrán el próximo disco. Texto de Roberto González. Fotografía de Ana Peraile y Juan Cruz Durán.