Rufus T. Firefly. Soul y diamantes.
Rufus T. Firefly es un grupo de rock alternativo de Aranjuez, (Madrid) encabezado por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro. Se formó en febrero de 2006 y toman su nombre del personaje de Groucho Marx en la película ‘Sopa de ganso’. Estrenan su nuevo single ‘Polvo de diamantes’, un adelanto de su último disco.
¿Qué significa para vosotros sacar este adelanto ‘Polvo de diamantes’, del nuevo disco que saldrá este otoño? Queríamos sacar algo así. Ya habíamos sacado dos adelantos antes y queríamos mostrar de una manera más directa lo que va a ser el sonido nuevo del disco. Este adelanto es muy representativo y se ven muy bien las influencias que hemos tenido para hacer el álbum, el hecho de cambiar el sonido y de acercarnos así a esta manera de tocar.
¿Cuáles son esas influencias a la hora de crear vuestra música? Todo ha partido mucho del soul de los primeros años 70. Sentimos la influencia de artistas como Marvin Gaye, Isaac Hayes, Curtis Mayfield, de ese soul y R&B melódico. Tenemos tambien referencias muy actuales, hemos escuchado mucha música diferente… pero todo partió de ahí. Era una referencia muy evidente e importante.
¿Qué tienen en común los tres adelantos? Esas raíces de la música de los 70… Realmente, estoy muy orgulloso de haberlas sacado porque nunca pensé que nosotros como grupo haríamos canciones de ese tipo. Primero, que no seríamos capaces y segundo, que no nos saldría. Me parece muy bonito haber llegado hasta ahí.
¿Y cuándo sale el disco, Víctor? Está previsto que el nuevo álbum salga a finales de noviembre. No hay una fecha concreta definida, pero será este otoño.
Podríamos decir que este disco nació en el confinamiento… Sí, hubo una parte que sí. Ya lo teníamos casi preparado… Pero el confinamiento nos frenó unos meses. Esto ha hecho que le diéramos más vueltas al disco cada uno, en nuestras casas (risas). Se podría decir que esta cuarentena y la pandemia ha influido para bien en nuestro disco. Realmente y personalmente, no siento que hayamos aprovechado el tiempo que teníamos en la pandemia. Teníamos otras cosas en la cabeza y era difícil hacer música en un momento así. A pesar de que tuviéramos todo el tiempo del mundo, tener la preocupación de lo que estaba pasando… Era complicado para concentrarse y hacer cosas. El hecho de no poder vernos fue difícil. Aun así, estamos contentos con el resultado. Pienso en el disco y se me olvida todo lo que supuso hacerlo así, con la pandemia.
El disco tendrá un título especial y diferente, como el resto de vuestros álbumes, que siempre son directos y los tituláis con una palabra… ¿Eso está muy pensado? Por supuesto que está muy pensado (risas). Le damos muchas vueltas a los títulos. Este nuevo álbum se titulará ‘El largo mañana’. Digamos que en discos anteriores podíamos resumir con una sola palabra lo que sentíamos… en este, hemos necesitado dos más (risas). Siempre intentamos que todo tenga mucho sentido, muy pensado.
«Llevamos 15 años, que se dice pronto…Es verdad que la banda ha cambiado mucho».
La portada del álbum vuelve a ser, una vez más, idea de Julia Martín-Maestro, vuestra batería. ¡Qué artista! Eso es, todos los diseños del disco los ha hecho ella. Lo hace genial. Son todo cuadros pintados a mano. Ha pasado mucho del colorido y de las múltiples formas de los anteriores discos a algo más concreto. Sigue con la abstracción.
¿Quién se encarga de cada tarea, con todos los que sois en Rufus T. Firefly? Nos organizamos bien, entre todos repartimos las tareas. Gestionamos todo nosotros, sin discográfica, desde siempre. Uno se encarga de la tienda, otro del local, otro de la logística de los directos… Todo funciona bien y cada uno tiene su tarea. Siempre hemos tenido que hacerlo así, lo llevamos bien.
¿Cómo gestionáis llevar tantos años como banda? ¿Qué consejo darías a un grupo que está empezando ahora? Llevamos 15 años, que se dice pronto… Es verdad que la banda ha cambiado mucho. Los componentes han ido cambiando. El bloque fuerte, por decirlo de algún modo, seguimos ahí. En mi caso, no daría consejos como tal… pero podría decir a otros grupos que no tengan prisa, que no se obsesionen con lo que pueda llegar o no pueda llegar. En nuestro caso, el pequeño reconocimiento llegó a los 10 años. Hacíamos tres o cuatro bolos al año y tocábamos donde podíamos. Los discos pasaban desapercibidos hasta que sacamos ‘Magnolia’ (2017); ahí todo cambió, no sé muy bien por qué. Estas cosas pasan y eso es lo bonito de la música, que no se sabe qué hay que hacer para que funcione y cuándo va a funcionar. Diría que hace falta paciencia y ser fiel a lo que quieres.
¿Seguís pensando que ahora mismo es imposible vivir solo de la música? Todos los del grupo tenemos trabajos paralelos que es lo que hace que podamos pagar el alquiler y los gastos. Somos autosuficientes, el grupo es autosostenible; no tenemos que invertir dinero en el grupo, genera dinero para poder pagar el local y el día a día. Es verdad que no nos da dinero para poder vivir a todos los componentes del grupo, pero eso ya es un triunfo dentro de la música.
¿Qué escuchas actualmente, aparte del soul de los 70 que ha influenciado vuestros últimos temas? Me gusta mucho Childish Gambino y escucho bastante últimamente a Tony Allen, el batería Fela Kuti. Siempre intento oír mucha música y descubrir cosas nuevas, prácticamente cada día.
¿Qué previsiones tenéis para la gira, aparte de los conciertos ya cerrados? Hay intención de tocar en las salas, es lo que nos gusta. Si la cosa mejora, tocaremos más en salas. Si no, seguiremos con ciclos de música y las cosas que vayan surgiendo. Queremos tocar, pero claro, ahora con las restricciones es más difícil. Si reducen el aforo de una sala al 25%, la sala tiene gastos y no se lo puede permitir… Nosotros tenemos un equipo que llevar, si de 100 solo vamos a poder vender 25 entradas, tampoco nos va a dar para poder ir y tocar. Todo irá mejorando. La gente tiene ganas de ir a conciertos. Texto de Ángela Saiz.