Yerma. Un Lorca bilbaíno y actual.
La directora de ‘Ocaña’ y la actriz e ilustradora Ane Pikaza (‘Nora’) nos traen la primera producción teatral propia de la Sala BBK, una adaptación de ‘Yerma’ en el Bilbao de nuestros días, que pretende poner el foco sobre conceptos como la maternidad, la corresponsabilidad o el duelo perinatal. Hablamos con su realizadora, María Goiricelaya.
Comentas que por tu momento vital y por el entorno social que rodea a las mujeres de tu edad, ‘Yerma’ es una obra que resuena en ti, ¿es esa implicación personal la que te ha llevado a trasladar la acción al Bilbao de la actualidad? No, en realidad me parecía que tenía su lógica trasladarlo a Bilbao porque iba a ser la primera producción de Sala BBK y porque la mayor parte de mi entorno es bilbaíno y eso incluye a las mujeres que puedan estar atravesando una situación similar a la que se muestra en la obra. Además tenía la idea de trabajar con Ane Pikaza, que es una artista plástica de bastante renombre en el País Vasco, me parecía que era una forma de acercar esta ficción a nuestro entorno. Traer esta Yerma de Lorca a una mujer de hoy, de éxito, con una pareja estable, con un trabajo… cómo esta problemática le puede suceder también a una mujer de cierto estatus.
‘La dramática errante’ es el nombre que Ane Pikaza y tú habéis adoptado como sello artístico, ¿cómo funciona esta colaboración? ¿Siempre abordáis los mismos papeles? En ‘Ocaña’, por ejemplo, tú abordabas la dirección y ella la parte de ilustración, aquí sois directora y actriz… ‘La dramática errante’ es el sello que creamos Ane y yo de forma conjunta para buscar nuestra propia manera de contar historias. Cada una de nosotras funcionamos en las tareas en las que mejor nos adaptamos. Yo siempre estoy más en la dramaturgia y dirección y ella está más en la interpretación y en la parte plástica. Ella a veces también se encarga de tareas de ayudantía de dirección. Nos vamos complementando en las tareas según lo que creemos que se nos da mejor.
En la sinopsis cambiáis el nombre de ‘Yerma’ por ‘Ella’. ¿Buscáis que toda mujer del público se identifique con sus vicisitudes? Exacto. De hecho en el espectáculo no se menciona en ningún momento el nombre de la protagonista. Sí que se mencionan los nombres del resto de los personajes que están de alguna manera inspirados en los del texto de Lorca. Está María, que en la obra de Lorca es una amiga y aquí es su hermana, la vieja del original en esta función es su madre Begoña, su marido Juan aquí es Jon… Adaptamos los nombres también para acercarlos al público del País Vasco y que puedan sentirlos como su madre, amigo o hermana, para que resonase más en el público.
¿Qué otros cambios se producen en la adaptación? En la obra clásica de Lorca tenemos una presentación de un personaje que vive en un entorno rural enclaustrada en su casa, con su marido, con las habladurías de sus amigas y la gente mayor… Quise trasladar eso a una mujer actual sin caer en el cliché. Me pareció que Ane podría encajar dentro de esta idea al tratarse de una ilustradora de éxito. La presión tan enorme que siente el personaje como una mujer casada que no puede tener hijos en este caso la mostramos a través de las redes sociales y de su entorno más cercano. De repente todas sus amigas están teniendo hijos y tienen otros planes en los que ella no encaja. También hay una parte muy importante que reivindicamos en el espectáculo que tiene que ver con el duelo perinatal, que es algo que también suele estar muy silenciado.
¿Perviven algunos de los problemas o prejuicios que existían cuando Lorca la concibió en 1934? De alguna manera los prejuicios son los mismos pero están ubicados en otros sitios. Esta idea de hacer un Lorca contemporáneo puede ser una cosa hasta manida y todas las personas que tratamos de traer al presente a Lorca cometemos aciertos y errores. En este caso los personajes que se muestran hoy tienen dificultades que no existían en esa Andalucía rural que nos mostraba Lorca. También he omitido un poco todo ese contexto onírico-poético que él aportaba porque no encajaba en el Bilbao actual. Ahora hay otros conflictos que afloran cuando una mujer se enfrenta a la imposibilidad de tener descendencia, la búsqueda de soluciones, proceso de inseminación in vitro…toda una serie de pasos que se van dando. Hoy en día parece que tenemos más herramientas para solventar este problema, lo que pasa es que cuando no sucede el dolor sigue siendo el mismo. Pese a que vivimos en un contexto en el que las mujeres estamos cada vez más emporadadas, o se supone que debemos estarlo cada vez más, se entiende que esto no te puede pasar a ti.
«Creíamos que a la Sala BBK le hacía falta una línea de producción propia. La idea es que cada año haya una o varias producciones propias de la sala y que eso también sirva para crear empleo entre los artistas vascos y para el fomento de las nuevas dramaturgias, la aparición de nuevos lenguajes y la puesta en marcha de equipos que puedan pasar por la sala para trabajar en ella».
¿Crees que todas las obras se prestan a este tipo de actualizaciones o hay casos en los que es preferible mantener al cien por cien el texto y localización originales? Yo soy muy respetuosa y me parece que si alguien quiere hacer un Lorca de carácter muy purista eso también tiene su valor. Yo no me identifico tanto con eso. Si algo está situado en una época muy diferente no me llega de la misma forma. Yo sí soy muy fanática de poder revisar los clásicos de diferentes formas. Hay una cuestión de gusto personal y subjetivo que entra en juego. ¿Qué tipo de montaje a mí me mueve más? Puede que en algún momento vaya a ver un espectáculo calcado a cómo lo concibió el autor en su época y me fascine, y luego vea una versión contemporánea de ese mismo texto y también me guste mucho. Estoy muy abierta a ver los dos tipos de trabajo.
La obra se estrenará en un formato bilingüe. Para ello has colaborado con Patxo Telleria. La colaboración como siempre que se trabaja con Patxo ha sido muy grata. Nos entendemos muy bien. Ha venido mucho a los ensayos y ha podido ayudarme con cosas con las que yo tenía dudas: giros, desarrollo de personajes… Para mí trabajar con él es un privilegio porque es un amigo y un grandísimo dramaturgo. Así que algunas veces me dejo aconsejar y luego evidentemente en otras cosas no le hago ni caso (risas) porque al fin y al cabo se trata de mi perspectiva, pero en varias cosas me ha ayudado mucho.
¿Qué puedes contar sobre el equipo técnico y la propuesta escénica? El diseño, escenografía e iluminación corren a cargo de David Alkorta. ‘La dramática errante’ suele contar con un equipo bastante fijo. El estudio Gheada ha hecho el diseño audiovisual y la parte plástica, que han trabajado conjuntamente con Ane. La parte sonora será muy importante y corre a cargo de Jon Aguirrezabala, con su proyecto de música electrónica Zabala, que es el que ha compuesto la música original para esta pieza; el diseño del espacio sonoro es de Ibon Aguirre y el vestuario es de Daniel F. Carrasco, con el que ya trabajé en ‘Ocaña’ y que aquí se ha centrado mucho en representar lo que sería una ‘Yerma’ en el Bilbao en el año 2021.
Desde enero de este año has formado equipo con Onintze Ituño para la dirección artística de teatro y danza de la Sala BBK, ¿cómo y cuándo se empezó a gestar la idea de que la sala produjera sus propias obras de teatro? Tanto Onintze como yo creíamos que a la Sala BBK le hacía falta una línea de producción propia. Las dos llevamos de forma conjunta la dirección artística de teatro y danza de la sala. Este año nos parecía que el teatro era el hueco que teníamos que reforzar. La idea es que cada año haya una o varias producciones propias de la sala y que eso también sirva para crear empleo entre los artistas vascos y para el fomento de las nuevas dramaturgias, la aparición de nuevos lenguajes y la puesta en marcha de equipos que puedan pasar por la sala para trabajar en ella. Es una forma de apoyar al sector y de intentar que se creen sinergias en los equipos y que cada año haya equipos diferentes que puedan aprovechar esta oportunidad.
Tienes formación y experiencia en el terreno audiovisual. Aún así, el grueso de tu trabajo se centra en el teatro, ¿te apasiona más ese campo? He trabajado ocho años como periodista en informativos de televisión. No he trabajado mucho en cine, algo que me encantaría si fuera posible. Pero es verdad que soy una enamorada del teatro y trabajo mucho en ello porque es lo que me apasiona. Creo que la vida te va llevando a sitios de forma paulatina y yo confío en ella.
Tu próximo proyecto versará sobre el conflicto de Altsasu, ¿ha conllevado mucho proceso de documentación? Es un proyecto impulsado por el nuevo teatro fronterizo. Parte de un proyecto internacional que se llama ‘Cicatrizar’ sobre las cicatrices todavía abiertas o cerradas en falso. Yo empecé a colaborar con este laboratorio de dramaturgia contemporánea para escribir un texto sobre este tema. Nos juntamos cinco dramaturgos del estado español y otros cinco en Colombia. Cada uno tenía que escribir un tema sobre un tipo de cicatriz. Yo decidí que el caso Altsasu era un claro hilo del que tirar aquí en el País Vasco. He estado un año trabajando en el proceso de documentación basándome en el escrito judicial aunque también tiene una parte importante de ficción. El espectáculo está muy centrado en la mala praxis de la justicia, cómo la justicia puede convertirse en algo desproporcionado. Texto de Roberto González.