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March 19, 2024

La barca de Hanielle. Desde el lado privilegiado del mundo.

Hanielle

‘La Barca de Hanielle’ pretende explicar a los más pequeños la problemática de los refugiados. Su autora, Emilia Laura Arias Domínguez, junto a la ilustradora del mismo, Cintia Martín, nos explican cómo se gestó este trabajo.

¿Cómo surge la idea de realizar un trabajo como ‘La Barca de Hanielle’? Emilia Arias: Surge de una preocupación personal por la situación de las personas refugiadas y por la reacción negativa, incluso desde el ámbito político, hacia las migraciones, movimientos que han sucedido desde siempre y que son lo que han dado forma a la humanidad. Como madre de una niña y madre de acogida de un niño, quería dar a conocer que existen condiciones de vida mucho más duras que las que tenemos aquí, que te obligan a embarcarte en un peligroso viaje y que, una vez llegas a un nuevo lugar, surgen problemas de toda índole. Todo parte de Hanielle, una niña que llegó en patera con apenas unos meses y que conocí durante un voluntariado.

Las crisis de refugiados son uno de los grandes problemas a nivel mundial. No parece algo sencillo de tratar en un trabajo dedicado al público infantil. E.A.: La verdad es que es mucho más fácil tratarlo con la infancia que con las personas adultas. Se trata de sembrar humanidad y empatía. Los niños y niñas no entienden de fronteras ni de países. Lo que entienden es que hay personas que necesitan de nuestra ayuda y que no hay que tener nunca en cuenta ni su origen, ni su condición. Somos las personas adultas quienes nos vamos cargando de prejuicios.

¿Texto e ilustraciones fueron parejos o partía ya de la historia para realizar los dibujos? E.A:. Primero nace el cuento, se lo hago llegar a Teresa Benéitez de ‘A fin de Cuentos’ a través del escritor y profesor Seve Calleja y fue ella quien me presentó a Cintia. En nuestra primera reunión nos propuso esa original forma de ilustrar la historia, en varios planos, de forma comparativa. Ha sido un proceso de creación largo, por lo complicado de hacer esos dibujos, por tener que comunicarnos de forma telemática, además de la pandemia. Ha sabido poner en imágenes lo que mis palabras querían decir. No concibo ya el cuento sin sus ilustraciones.

Cintia Martín: Lo más complicado para la creación de la parte gráfica, fue tomar la decisión de que había que representar dos viajes. Me documenté con libros ilustrados que hablan de viajes y de dos historias simultáneas, pero todo me iba dirigiendo al recurso del filtro rojo, que ya conocía porque lo había utilizado en un libro-juego anterior.

A partir de aquí, se trataba de pulir el estilo, los colores, las texturas… las imágenes se fueron construyendo casi en el mismo orden que aparecen en la historia.

Has utilizado un recurso interesante de escenas superpuestas, visibles según la luz que las ilumine, ¿puede tener algo que ver con la percepción que tenemos de realidades que nos resultan ajenas? C.M.: El tema de cómo percibimos las imágenes me interesa desde hace mucho tiempo. Los colores que vemos son en formato RGB: luz roja, verde y azul combinada que nuestros ojos traducen y mandan al cerebro. En este caso, el libro trabaja con los colores de cuatricromía, que son las tintas que se utilizan en la imprenta: CMYK: cian, magenta, amarillo y negro. El cian del segundo dibujo se multiplica al mirarlo a través del filtro rojo.

Se produce un juego de búsqueda, de encontrar lo oculto, que engancha a los niños, y que es un paralelismo de lo que el libro quiere enseñarles: deben observar con atención al mundo que les rodea, para ser capaces de mirar todas las historias que ocurren a su alrededor, no sólo las que se ven fácilmente, también aquellas que están más escondidas en los medios, pero que construyen nuestro mundo del futuro. Texto de David Tijero.

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