OKE Ortuella, montañas y óxido de hierro
Texto de Dani Carrero. Foto de Adrià Goula Sardà
Hace dos años que se estrenó OKE, la Casa de Cultura de Ortuella, tiempo más que adecuado para poder hacer un análisis de cómo ha respondido el edificio (de los barceloneses aq4 arquitectura) a su implantación. La primera impresión que genera este inmueble singular es de excesiva intensidad para un pueblo tan sereno como Ortuella. La potencia cromática, por ese rojizo tostado del óxido de hierro, resalta con fuerza en el pequeño núcleo urbano. Pero cuando vas situándote en el entorno, comienzas a percibir lo acertadamente estudiados que están tanto el diseño como la posición del edificio.
La construcción es la mezcla de dos elementos, una compo sición: artefacto + zócalo. El artefacto es un conjunto de volú- menes y pieles de acero oxidado que, con dinamismo, conforma espacios iluminados por luz natural (biblioteca, salas…). El zócalo son unas plataformas de hormigón visto que otorgan pesantez a la composición, aterrizándolo en el terreno. La adecuada posición de escaleras y rampas logra que el edificio tenga una imprescin- dible función de conexión urbana, enlazando el parque superior con la carretera. Este conjunto visual hace de OKE un ejemplo de arquitectura ‘topográfica’, perfectamente consciente del entorno; y logra que el inmueble sea único, ya que responde exclusiva- mente a su emplazamiento. Podemos sentir la similitud del perfil con las montañas próximas, y el metal oxidado nos recuerda la historia minera del municipio.
En sus interiores, la madera y los muros de hormigón visto aportan al visitante una magnifico muestrario de materiales naturales, muy táctiles, que otorgan sensación de espacio noble y auténtico. OKE condensa a su escala las mejores lecciones de maestros como Bonell-Gil, Rafael Moneo, Mansilla + Tuñón o los suizos Herzog & de Meuron, todos con edificios transgresores en com- posición pero muy sensibles al entorno paisajístico y urbano.
A un nivel político, lo de hacer edificios emblema de una ciudad es una apuesta que muchas veces acarrea agujeros en las cuentas públicas. El ‘efecto Guggenheim’ ha resultado exitoso en muy pocos consistorios. En este caso, merece la pena pasar por Ortuella para disfrutar de una arquitectura contemporánea de calidad, valiente y emocionante, que nos hace sentir la edificación como una acertada apuesta de futuro, como un arte enriquecedor para los sentidos y sensible con el entorno.
OKE. ORTUELLAKO KULTUR ETXEA
Ubicación: Catalina Gibaja, 10. Ortuella (Vizcaya).
Año: 2008-2011.
Autores: aq4 arquitectura
Lo mejor: La arquitectura como topografía. La expresiva textura de los materiales utilizados.
Lo peor: La derrochadora escala de la inversión para un municipio tan humilde.
Un detalle: La cubierta como quinta fachada. No es un tejado, es una piel