Porno Vs. Afrodita. Dioses del rock.
La compañía Benetan Be apela a un público variado con este espectáculo, en el que tres actores interpretan a los miembros de una banda que da su último concierto en un Gaztetxe, pero también a fantasmas de ídolos musicales y a unos dioses llamados Porno y Afrodita. Hablamos con Patricia Urrutia, una de las actrices y la autora del texto.
Es una obra que cuenta con hasta tres planos de realidad, aunque entiendo que solo con tres actores, ¿cómo se pone en escena este concepto aparentemente tan complejo? El proceso de creación de la obra se puso en marcha en torno a la polémica surgida a partir del plan Skolae de educación sexoafectiva y un posterior proceso de investigación acerca de temas como el consumo de porno en la juventud. Como creadores y como actores estuvimos pensando qué podríamos aportar nosotros desde la escena a este debate. Estuvimos pensando y nos dijimos ¡qué podemos aportar nosotros con nuestras inseguridades, insatisfacciones e incapacidades! Así que decidimos que el humor fuera nuestra herramienta de trabajo. No se trivializa la parte dura que pueda existir en estos asuntos, pero hacemos el ejercicio de reírnos de nosotros mismos como punto de partida. El marco teatral que se plantea es una prueba de sonido para un último concierto de una banda de Gaztetze que rondan los cuarenta. El Gaztetze va a cerrar y ya solo quedan tres de los quince que inicialmente formaban la banda, porque a algunos las familias o el cansancio les han impedido seguir. Ahí nos encontramos a estos tres personajes, a la hija de uno de ellos, a la colega de la hija que aparece por videoconferencia, a un estudiante de intercambio…todo esto que, como dices, parece muy complejo, fluye de una manera muy orgánica y muy natural a través de la música. Están los mortales, los adultos y los jóvenes. En otro plano de realidad están estos dos fantasmas súper cool. A una integrante de la banda cuando está de bajón se le aparece John Lennon cantando ‘I’m a loser’ y para huir de ese bajón se le aparece Gorka Urbizu, que en sus ensoñaciones está loco por ella. Y en un último plano de realidad están estos fantasmas, Porno y Afrodita que pueden hacer todo lo que está prohibido a los mortales. Todos estos personajes los interpretamos los tres y utilizamos diferentes códigos que nos permiten diferenciar estos planos de realidad.
¿Cómo entra Gorka Urbizu en la ecuación? ¿Por qué Berri Txarrak? Queríamos tratar el tema de las redes sociales, la identidad líquida, las nuevas formas de ligar…Aquí uno de los personajes lleva sus ensoñaciones afectivas hacia el tema de la rockstar, un fenómeno que viene desde atrás desde las fans de los Beatles. Hemos querido traer a este personaje más cercano, Gorka Urbizu, alimentado un poco por la gira de despedida de Berri Txarrak en 2019. No son una parodia de estos personajes, sino las ensoñaciones que esta chica, la baterista, tiene con ellos.
Parece que tiene una parte importante de musical, casi de concierto, con temas originales y versiones. La música tiene una presencia muy importante en el espectáculo. De hecho en euskera decimos que es “musikaz blai”, es decir, “empapado en música”. Tocamos música en vivo y hay temas originales como ‘Hondartza’. También hay un par de versiones de clásicos. Los temas originales están compuestos por Asier Ituarte.
¿Cuál es el mensaje de fondo en torno al deseo sexual y el amor romántico? ¿Cuestionamiento del amor romántico y del porno? ¿Crees que tiene una influencia didáctica? En el dosier se cita a una socióloga, Eva Illouz, como base “teórica” de la obra. Hemos tenido mucho debate. Por un lado está Afrodita como representante de un amor sin disociación entre lo físico y lo emocional, es una fuerza salvaje de la naturaleza capaz de provocar una guerra de Troya, es la pasión sin límite…y luego tenemos a Porno, que es al pan, pan y al vino, vino y es como el dios moderno, la rock star del momento. No hay una intención didáctica porque no estamos ninguno para dar lecciones. Merece la pena dar una revisión y hacer una reflexión sobre qué pasa cuando se dan por reales ciertas ficciones. Qué tipo de desfases o qué tipo de peligros se producen cuando se lleva a la realidad lo que hemos visto ya sea en el porno o en ‘Notting Hill’. En ese «versus» que planteamos entre ‘Porno vs Afrodita’ muchas veces nos preguntan «¿quién gana?». No se sabe, eso se lo dejamos al espectador. Se trata de preguntarnos hacia dónde estamos yendo con esta especie de neoliberalismo sexual y afectivo.
Aunque cuentas con una larga experiencia entiendo que con Benetan Be te lanzaste a la piscina con una compañía propia, ¿cómo está funcionando? Veo que a pesar de la pandemia tenéis un amplio calendario de funciones…He trabajado para diferentes compañías. Hace tres años puse en marcha esta iniciativa para poner en escena un espectáculo infantil/familiar. Y hace dos años empezamos con ‘Porno vs. Afrodita’ y nos ha tocado en plena pandemia. Arrancamos con el apoyo del Gobierno Vasco y la red de teatros vascos Sarea. Hemos salido adelante y podido tener una buena gira. Pero estamos con mucha incertidumbre porque hemos conseguido estrenar contra viento y marea y hemos ido sumando bolos a los que teníamos de partida. Cada bolo lo estamos viviendo como un triunfo. La respuesta del público también está siendo alucinante. Se acerca gente que no es público habitual del teatro. Todos tenemos ganas de tener experiencias compartidas y eso es un chute que te mantiene , como decimos en el tema ‘Hondartza’, “con paso firme entre las rocas”. Texto de Roberto González.