Luis Eduardo Aute. Músico por accidente.

Desde que era un niño, Luis Eduardo Aute sabía que lo suyo era el arte. Comenzó pintando y haciendo cortometrajes hasta que la música se cruzó en su camino. Con el paso de los años, este cantautor se ha convertido en una referencia para multitud de artistas, incluso para los más jóvenes, como se puede apreciar en el disco ‘Giralunas’, donde músicos de diversos estilos como Estopa, Natalia Lafourcade, Xoel López o Depedro, interpretan sus canciones.
Comencemos por el principio. Desde niño empiezas con las artes… Sí, desde pequeño tenía una vocación clara por la pintura. Me encantaba pintar y dibujar y es en lo que más destacaba en el colegio, y, desde los 9 ó 10 años, ya empecé a pintar en serio. Hago la primera exposición con 17 años y, a partir de ahí, he realizado unas 40, un material bastante exhaustivo.
¿Y cuándo llega el interés por el cine y la música? El cine me interesaba desde muy joven. Me metí a trabajar en cortometrajes siendo el ayudante del ayudante del ayudante… La música era lo que menos me interesaba. Mi padre escuchaba opera y música clásica y de alguna forma me educó esa música, pero no tenía ninguna intención de escribir canciones, fue un accidente.
Y curiosamente la música es lo que más fama te ha dado. Sí, así es la vida, a veces suceden las cosas que menos te esperas. De todas maneras, nunca he abandonado la pintura ni el cine. Por ejemplo, últimamente me interesa el cine de animación y he hecho varias películas dibujadas, que no dibujos animados.
¿Cómo fue ese “accidente” que te llevó a empezar a hacer canciones? Me gustaba escribir poemas y tocaba un poco la guitarra, y era inevitable juntar los dos lenguajes: poesía y música. Así que, cuando estaba en la mili agarré una guitarra que había por allí y empecé a componer canciones contra la mili, contra el sargento… para cantar allí a coro todos juntos y borrachos. Me marcó mucho el descubrimiento de Bob Dylan y toda la generación de cantautores franceses, como Brassens, Brel o Ferré… con ellos vi por primera vez que una canción podía tener la dignidad de un poema y descubro un tipo de canción que no era solamente música bailable o canciones estúpidas. Tiene que haber música para todos y también me gusta escuchar, a veces música muy frivolona. Pero mi propósito cuando vi que la canción podía ser un medio de expresión poética fue rescatar la canción y ponerla a la altura del resto de artes.
Comienzas a escribir para otros ¿verdad? No, yo escribía por escribir, ni para mí ni para otros. Lo que pasaba era que, cuando se lo enseñaba a la gente, me pedían las canciones. Realmente no eran canciones para otros pero sí interpretadas por otros, porque yo no tenía ninguna intención de cantar. Hay una sola canción de encargo, ‘A por el mar’, que me pidió la Junta Democrática antes de las primeras elecciones de la democracia. Y también el último disco que hizo Pepa Flores, que eran todo canciones mías y es el único que no firma como Marisol.
¿Qué significa para ti que artistas jóvenes de estilos tan diversos y tan opuestos al tuyo te hagan homenajes como el disco ‘Giralunas’, donde participa gente como Leiva, Estopa, Miguel Poveda…? Como te puedes imaginar me produce satisfacción ver que mis canciones puedan interesar a las generaciones mas jóvenes, eso significa que aguantan el paso del tiempo. Es muy enriquecedor escuchar versiones tan distintas de tus canciones. Descubrir de nuevo la canción e, incluso, otras canciones dentro de la misma canción.
¿Sigues la música actual? La verdad es que no tengo tiempo, debería estar más al tanto pero no. De vez en cuando escucho algo que me dicen mis hijos, pero no estoy al día.
¿Se ha perdido ese espíritu de la música que tú defiendes como medio para decir algo? Con esto de las nuevas tecnologías hay de todo. En internet hay cosas interesantes y propuestas arriesgadas y luego también hay la estulticia habitual, que es lo que más impera. Pero, de encontrar algo interesante, está en internet, ya que las compañías discográficas únicamente graban lo que están seguros de que va a vender que, por lo general, suele ser todo igual.
¿Cómo ves la situación actual de la cultura? No se fomenta la curiosidad por la cultura, es lo que menos importa a los poderes fácticos. Fíjate que a la música, se le llama entertainment, eso es lo que se fomenta: el entretenimiento. Hoy en día la cultura es la pobre desahuciada de este mundo que estamos fabricando basado en la economía, en las finanzas, y en el fútbol, que es la religión de las religiones. El problema es que el valor de un país es su cultura y nosotros estamos en la dirección contraria, en el de renegar de ella… En el mundo occidental todo lo que sea reflexionar o pensar un poco es un coñazo, a eso hemos llegado, y así nos va.
¿Crees que se trata de un problema cultural o político? Pienso que sobre todo es político. Que conste que no soy defensor de la política metiéndose en la cultura, pero menos todavía enfrentándose con la cultura que es lo que está pasando ahora. Con el 21% de IVA y todas esas cosas, es obvio que hay un enfrentamiento directo contra la cultura.
Me imagino que viendo esta situación no te faltarán fuentes de inspiración para tus canciones… Por desgracia no. Lo que faltan son las plataformas para que la gente tenga conocimiento de esas ideas que uno pueda plantear a través de la poesía, la música, el cine… No hay programas culturales, musicales, sólo hay debates con gritos…
Hablando de la inspiración…¿Cómo te llega la inspiración para tu trabajo? No hago nada por ello, no sé hacer otra cosa. Como no me ponga a pintar o a escribir o componer no sabría qué hacer, me acosaría el aburrimiento y cualquier cosa menos aburrirse. Texto de Sergio Iglesias.